
"CAMINO A LA FUENTE DE LA VIDA"
por:
R. I Servin Uribe
En una noche oscura
con ansias en amores inflamada,
¡oh, dichosa ventura!
Salí sin ser notada,
estando ya mi casa sosegada,
A oscuras, y segura
por la secreta esala disfrazada,
¡oh, dichosa ventura!
A oscuras, y encelada,
estando ya mi casa sosegada.
En la noche dichosa
en secreto, que nadie me veía,
ni yo miraba cosa,
son otra luz y guía,
sino la que en el corazón ardía,
Aquesta me guiaba
más cierto que la luz del mediodía,
a donde me esperba
quien yo bien me sabía,
en parte donde nadie parecía.
¡Oh, noche, que guiaste,
oh noche amable más que alborada:
oh, noche que juntaste
Amado con Amada,
Amada en el Amado transformada¡
En mi pecho florido,
que entero para él solo se guardaba,
allí quedó dormido,
y yo le regalaba,
y el ventalle de cedros aire daba.
El aire de la almena
cuando yo sus cabellos esparcía,
con su mano serena
en mí cuerpo hería,
y todos mis sentidos suspendía.
Quedéme, y olvidéme,
el rostro recline sobre el Amado,
cesó todo, y dejéme,
dejando mi cuidado
entre las azucenas ovidado.
San Juan de la Cruz
En el segundo punto del documento “Porta Fidei”, se menciona -mientras que en el pasado era posible reconocer un tejido cultural unitario, ampliamente aceptado en su referencia al contenido de la fe y alos valores inspirados por ella, hoy no parece que sea así en vastos sectores de la sociedad, a causa de un profunda crisis de fe que afecta a muchas personas-1 . Esto podría tener su origen en que la cultura contemporánea tiende a confinar a la religión* fuera de los espacios de la racionalidad: en la medida que las ciencias empíricas monopolizan los territorios de la razón, no parece haber espacio para la razón de creer, por lo que lo dimensión religiosa es relegada a la esfera de lo opinable y de lo privado2. Hoy en día, el ser humano tiende a descartar, de sí, toda unificación con Dios; se desarticula en un sin fín de pasiones mundanas, en una vida fugaz, en un acumulo de orgullo; más aún, se exige, en esta vida, una cosecha de lo sembrado.
Jesucristo nos dice: “No anden preocupados por su vida con problemas de alimentos, ni por su cuerpo con problemas de ropa. ¿No es más importante la vida que el alimento y más valioso el cuerpo que la ropa? Fíjense en las ves del cielo: no siembran, ni cosechan, no guardan alimentos en graneros, y sin embargo, el Padre del cielo, el Padre de ustedes, las alimenta. ¿No valen ustedes mucho más que las aves?” (Mt 6, 25-26).
Recordemos que toda obra, buena, realizada y pretendida, es hecha por Dios a través de nosotros. Cuando anteponeos este hecho como un principio de vida, en la fe se acoge la respuesta al amor de Dios y se comienza la travesia hacia la fuente de la vida. Inclusive, san Pablo nos mencioan y exhortta, diciendo: “aquellos enemigos de la cruz de Cristo acabarán en la perdición, porque su dios es el vietre, se enorgullecen de los que deberían avergonzarse y sólo piensan en cosas de la tierra. Sin embargo, al se ciudadanos del cielo, Jesucristo, nuestro salvador, transformara nuestro cuerpo miserable en un cuerpo glorioso, semejante al suyo; por tal motivo manténgase fieles al Señor” (cfr. Flp 3, 17-4, 1).
No podemos dejar que la sal se vuelva sosa y la luz permanezca oculta (cfr. Mt 5, 13-16). Como la samaritana, también el hombre actual puede sentir de nuevo la necesidad de acercarse al pozo para escuchar a Jesús, que invita a creer en el y a extraer el agua viva que mana de su fuente (cfr. Jn 4, 14)1. debemos recordar que por la fe, el hombre somete completamente su inteligencia y su voluntad a Dios3.
No podemos creer ue por si solos podemos, or nuestro razomaniento, llegar a una vida de plenitud con Dios. Debemos entender que la “Palabra de Dios” transmitida fielmente por la iglesia, y el “Pan de vida” “JESUCRISTO”, es -por suma excelencia” el alimento que perdura para a vida eterna.
En la Sagrada escritura, la iglesia encuentra sin cesar su alimento y su fuerza, porque, en ella, no reside solamente palabra humana, sino lo que es realmente: la “Palabra de Dios”.
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* Juan pablo II. La Sagrada Escritura. Catesismo de la Iglesia Católica: El cristianismo es la religión de la “Palabra de Dios”, no de un verbo escrito y mudo, sino del Verbo encarnado y vivo.
1.- Benedicto XVI. Muto propio, La puerta de la fe
2.- Discurso de Benedicto XVI en la Universidad de Ratisbona. 13-09-2006.
3.- Juan Pablo II. La Profesión de Fe. Catecismo de la Iglesia Católica.