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Critica de la obra: Francisco de Asís y la ética global de Martín Carbajo Núñez

 

por:

Rogelio Ivan Servin Uribe

 

 

Hospitalidad, lógica divina de la gratitud, donación de sí mismo y la paz son lo principales valores que Martin C.N., expone, como aquellos que Francisco de Asís abrazo para su caminar en este mundo y que le permitían una mejor convivencia con los demás, aún y las circunstancias muchas veces no se lo permitieran. Para Martín C.N., las problemáticas sociales que se desarrollaban en el tiempo de Francisco, del tipo económicas, políticas, culturales y religiosas; no le eran ajenas a Francisco y en muchas de ellas el tuvo gran influencia, abordándolas desde su forma de vida basada en la hospitalidad.

El autor asemeja los problemas sociales que se presentaban en el tiempo de Francisco con los que se presentan en la actualidad, como: lógica arbitraria y materialista, humanismo exclusivista, religión particularista y el imperativo tecnológico.

 

En tiempos de Francisco, la actividad comercial de la clase burguesa esta debilitando las barreras políticas del régimen feudal y favoreciendo la aparición de un espacio más unificado en la Europa cristiana. Existían constantes tenciones entre el imperio y el papado, entre los cristianos y los herejes/infieles, entre las familias feudales y la emergente clase burguesa.1

 

Este tipo de problemas que también se han presentado en nuestro tiempo, pero con otro tipo de contexto, se han venido acentuando más en los últimos 100 años, teniendo su mayor repunte en los últimos 20 años, en donde los avances tecnológicos y científicos positivistas que a realizado el hombre han sido en parte para llevar una mejor calidad de vida, pero, también lo han enajenado del mundo. Con esto no quiero sanatanizar el desarrollo tecnológico y científico del mundo, pero si pienso que el problema que se ha presentado es que el ser humano ha puesto mayor énfasis en éstos aspectos, dejando de lado el desarrollo de otros, como: la ética, la moral, la educación, las bellas artes, la religión, etc. Lo que ha llevado a un desequilibro y al surgimiento de dichos problemas.

Por lo cual, Carbajo propone que la forma de vida que llevo Francisco, después de su conversión y ya asentada su orden, es aquello que nos va a permitir afrontar y erradicar los problemas sociales de nuestra época. Pero ¿en qué se fundamenta la forma de vida de Francisco? En la hospitalidad incondicional, aquella que no responde a la lógica de este mundo, sino que esta fundamentada en la lógica divina de la gratuidad. Esta hospitalidad absoluta, y lo hace mención el autor, es un proceso de vida en el cual se van quitando obstáculos y afrontando aspectos a los cuales muchas de las veces no se esta acostumbrado hacer, por el problema del individualismo. Esto también lo vivió Francisco y por un tiempo no le permitió discernir el camino al cual estaba llamado, sin embargo el autor menciona que «el lento y fatigoso proceso de discernimiento forja su carácter y lo hace más reflexivo, menos apegado a las vanidades de este mundo»2. De tal forma que la hospitalidad se inicia con una apertura y conocimiento de si mismo que permita al ser humano llevar acabo su vida basada en la hospitalidad. Así mismo, Francisco tuvo que conocer a aquellas debilidades que no le permitían acercarse a los hermanos más necesitados y violentarse a sí mismo para romper con aquellas barreras.

A esto anterior, sobre los aspectos que llevan una vida hospitalaria, pienso que es importante añadir la voluntad. Aquella que se fundamenta en lo que ya es esencia en el hombre que pretende la vida hospitalaria. Se menciona que Francisco de Asís mucho antes de su conversión era una persona abierta y en búsqueda, de carácter jovial y divertido, siendo ante todo reflexivo y atento. Estas actitudes le permiten, al conocerse más a sí mismo, tener una conversión que lo lleva a tomar la voluntad de acoger una vida hospitalaria hacia el prójimo. Aunado a este proceso, el autor menciona que para Francisco no le bastó el conocerse a sí mismo, ni la voluntad de llegar a darse al prójimo, sino que todo eso lo tenía que realizar a partir de alguien.

Francisco busca en Dios, ese fundamento de vida que le permite darse al prójimo «Se da cuenta de que el problema radica en su propia ceguera, que le impedía ver que la dignidad personal no depende de lo que uno tiene, sino del hecho de haber sido amado gratuitamente por Dios»3. De tal forma que todo lo que Francisco hace no radica en lo humanamente posible sino en lo divinamente aceptable, lo que le permite dar sin ataduras; afrontar los problemas de su entorno le es mas agradable a Francisco cuando todo lo que el hace depende de Dios.

De tal manera que todo este proceso y forma de vida que presenta nuestro autor con respecto de Francisco, es una manera posible de afrontarnos a las problemáticas sociales de nuestro tiempo. Hasta este punto considero que la hospitalidad de Francisco fundamentada en la lógica divina, en el amor incondicional hacia el prójimo y en la gratuidad nos es esencial para afrontar las problemáticas de nuestro tiempo. Sin embargo, considero que la forma de vida que adopto Francisco y sus primeros Frailes no puede darse en todos los hombres de igual forma y con los mismo aspectos, dado que en el mundo no solo presenta un tipo de problema en concreto y con el mismo contexto, sino que existe una diversidad de problemáticas en diversos contextos sociales a los cuales el hombre hospitalario se debe enfrentar y dado que un sólo hombre no lo puede abarcar todo, la vida hospitalaria debe permitir diversas formas de llevarse acabo: ya en un contexto intelectual, político, religioso, familiar. Con esto no demerito, ni expreso que la vida que llevo Francisco de Asís y sus primero Frailes no sea posible de las misma forma, lo que si quiero expresar es que esa misma vida puede llevarse a otros ambientes y ser de igual forma una vida hospitalaria absoluta.

 

En la carta a Antonio, escrita entre 1223-1224, Francisco admite los estudios de teología en la Orden, a condición de que no impidan la apertura incondicional al Espíritu. Sin embargo, en el Testamento recuerda que, al principio, «éramos indoctos y estábamos sometidos a todos».4

 

Esto nos indica, que los deseos de la hospitalidad, no solo son indispensables para los necesitados de alimento, los enfermos físicamente, sino también para aquellos que están enfermos en espíritu y mente, para aquellos que se han enfermado de lepra a causa de sus conocimientos. La minoridad que Francisco busco, pienso que no solo se debe entender en el sentido de la ausencia y desprendimiento de lo material e incluso de lo intelectual, sino también, en buscar aquel saber de las ciencias que te hacen minoritario en la búsqueda de lo esencial para la vida.

Por lo tan, considero que lo fundamental de lo que nos presenta el autor sobre una vida hospitalaria es: la lógica divina, el amor incondicional al prójimo, la paz y el conocimiento de uno mismo; esto te conduce a una vida hospitalaria absoluta como la menciona el autor. Sin embargo, el aspecto principal es conocerte a ti mismo, para saber que camino de este mundo quieres hacerlo hospitalario, dado que uno no puede abarcar toda la realidad y en ella se presentan mucho problemas de diversa índole, que necesitan abordarse desde una ética.

 

1 Martín Carbajo Núñez. Francisco de Asís y la ética global. Editorial PPC, 2008. Pág 46

2 Ibíd pág 49

3 Ibíd pág 53

4 Ibíd pág 120

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